Planifica las cosas importantes y mejorarás tu futuro.
Si hay algo en lo que creo es en las bondades de la planificación.
Ya sea tu vida personal, la profesional o la economía familiar.
Tener objetivos concretos definidos y un plan para conseguirlos, sin dejar el resultado al puro azar, es de las mejores decisiones que puedes tomar.
Pero claro, cuando tienes un plan debes de ceñirte a él, y en la mayor parte de las ocasiones conlleva sacrificios.
¿Querías quedar con tus amigos y aún no has terminado las tareas que tenías pendientes? O esa semana que estabas cansado y no fuiste a entrenar y terminó con el abandono completo de tu rutina de ejercicio. Por no hablar de ese ahorro que estabas haciendo para la universidad de tus hijos o tu jubilación pero que se ha esfumado porque ha salido el nuevo modelo del coche que te gusta y te lo has comprado.
¿Te ves reflejado en alguno de estos casos? Seguramente sí, a lo largo de mi vida he experimentado o visto estos ejemplos y muchos más.
Y desde luego, son errores que no deberíamos cometer. La ausencia de un plan, o la ausencia de voluntad para seguirlo, hace que pensemos más en los beneficios que podemos tener en el presente, y que no tengamos en cuenta la repercusión que tiene nuestras acciones en el futuro.
Así que, si no lo has hecho hasta ahora, empieza a planificar las cosas, tu futuro te lo agradecerá.